Solo estaba arrodillada, la lluvia y la gran luna redonda era lo único que podía observar ante tan tremenda oscuridad; estaba por amanecer y el silencio seguía en pie esperando que la música de los pájaros rompieran la misma y comenzara un nuevo día con una oportunidad, una vez más, para volver a empezar. Y fue ahí cuando comenze a extrañarte, cuando las malditas lágrimas recorrieron mi cuerpo sin darme opción a secarlas, ya que el viento era quién se ocupaba de ello. Venía con fuerza y con venganza, alguien lo había traicionado, alguien había herido los pobres sentiemientos del amable aire, éste reflescaba las mente aturdidas de la niebla que cegaba a todo el mundo de cualquier manera. Era todo tan distinto cuando estaba con vos ;
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